A veces pasa: le ponemos zuquini al omelette de la mañana y nos sobra un pedacito. Nos queda medio tomate por ahí descuidado luego de cortar unas rodajas para un sánguche. Las zanahorias estaban baratas y compramos más de la cuenta. Tenemos pedacitos de cebolla, apio, ayote tierno… ajos que no se usaron. Todo ya medio arrugadito y tal vez no se ve muy bonito para usarlo entero, pero en una salsa, todo se revuelve y lo que importa es el sabor.
Ingredientes.
Vamos a usar una base de tomate. Ojalá que podás usar al menos un kilo, no importa si son puros pedacitos o si querés gastar los tomates cherry que no se usaron en la ensalada.
2 tazas de recortes de vegetales (apio, zanahoria, chile dulce, zapallo, ajos, lo que tengas a la mano).
2 cucharada de aceite de oliva o tu aceite de cocinar.
2 cucharaditas de Zukra orgánico, para ayudar a nivelar el ácido del tomate.
Sal y pimienta al gusto.
Preparación.
En una olla grande, vamos a comenzar con un sofrito: primero agregás el aceite y luego los recortes de vegetales: pedacitos de zanahoria, de chile y cebolla, ajos, ayote tierno, apio… dos tazas de todos los sobros que recogiste de la refri. Vamos a cocinar a fuego alto, removiendo para que no se pegue, y con cuidado de no quemar nada, durante unos 5 minutos.
Luego agregamos los tomates en pedazos mediamos y bajamos la temperatura. Revolvemos bien todo y tapamos para dejar que “sude” un poquito. Vamos a cocinar durante unos 40 minutos, revolviendo de vez en cuando para evitar que se nos pegue en el fondo, dejando que los tomates se cocinen hasta casi deshacerse. Cuando ya todo esté suave, retiramos del fuego, agregamos el azúcar y salpimentamos.
Dejamos entibiar durante unos 20 minutos y luego pasamos por la licuadora. No es necesario volver a poner a cocinar: tratá de procesar muy bien todo, con cuidado de no quemarte. Rectificá la sal y listo. Esta salsa se puede usar para pastas, pizza, para cocinar albóndigas o como base de una crema de vegetales. Sabe deliciosa y congela super bien.
