Ingredientes (para 6 porciones)
2 cucharadas de jugo de limón recién exprimido
1 lámina de gelatina sin sabor
3 tazas de crema de leche
½ taza de Zukra
2 ½ cucharadas de ralladura de limón, dividas en dos
2 cucharadas de jugo de limón recién exprimido
1 lámina de gelatina sin sabor
3 tazas de crema de leche
½ taza de Zukra
2 ½ cucharadas de ralladura de limón, dividas en dos
Así de sencillo: esos son todos los ingredientes para una deliciosa y sedosa panna cotta. Esta es además muy refrescante: el acidito del limón le da un sabor espectacular. Te recomiendo no exprimir mucho los limones a la hora de sacar el jugo, eso hace que se libere mucho aceite de la cáscara y lo pone un poquito amargo.
Para comenzar, vamos a colocar la lámina de gelatina en un plato y la cubrimos con el jugo de limón. Dejamos reposar durante 15 minutos, hasta que la lámina esté hidratada.
En una olla mediana colocamos la crema, la Zukra y la mitad de la ralladura de limón, y llevamos todo al hervor a fuego bajo, removiendo constantemente. Añadimos la lámina de gelatina y el limón, y seguimos removiendo hasta que se disuelva por completo. Retiramos del fuego y pasamos la mezcla por un colador fino, para eliminar el exceso de ralladura y cualquier rastro de gelatina que no se haya disuelto. Transferimos la mezcla a 6 ramekines o copas de postre.
A continuación, vamos a refrigerar las panna cotta destapadas por al menos 5 horas, hasta que estén cortadas. Podés prepararlas con anticipación de manera que puedan pasar la noche en la refri. Si ese es el caso, cuando ya estén completamente frías es mejor cubrirlas con plástico adhesivo. Para servir, colocá un poquito del resto de la ralladura sobre cada una, junto con un chorrito de miel. ¡Vas a ver qué delicia!
Para comenzar, vamos a colocar la lámina de gelatina en un plato y la cubrimos con el jugo de limón. Dejamos reposar durante 15 minutos, hasta que la lámina esté hidratada.
En una olla mediana colocamos la crema, la Zukra y la mitad de la ralladura de limón, y llevamos todo al hervor a fuego bajo, removiendo constantemente. Añadimos la lámina de gelatina y el limón, y seguimos removiendo hasta que se disuelva por completo. Retiramos del fuego y pasamos la mezcla por un colador fino, para eliminar el exceso de ralladura y cualquier rastro de gelatina que no se haya disuelto. Transferimos la mezcla a 6 ramekines o copas de postre.
A continuación, vamos a refrigerar las panna cotta destapadas por al menos 5 horas, hasta que estén cortadas. Podés prepararlas con anticipación de manera que puedan pasar la noche en la refri. Si ese es el caso, cuando ya estén completamente frías es mejor cubrirlas con plástico adhesivo. Para servir, colocá un poquito del resto de la ralladura sobre cada una, junto con un chorrito de miel. ¡Vas a ver qué delicia!
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