Las has visto montones de veces en la feria: parecen un chile dulce, pero no. O sea, tienen como forma de chile dulce, pero son de color verde claro y la verdad nunca has oído hablar de ellas ni las probaste, o tal vez sí, tal vez te acordás de algún plato que se preparaba en tu casa con kaiwas o “jaibas”. En Costa Rica tenemos una práctica ancestral divina, que nos ha reparado algunos de los más deliciosos bocados de la historia. Aquello que no conocemos, lo envolvemos en huevo y listo, ya tenemos una preparación básica y que va a la segura. Con la kaiwa podemos hacer lo mismo, ¿pero qué tal si la llevamos un poquito más allá con un delicioso relleno?
10 jaibas lavadas, abiertas a la mitad y sin semillas (les podés hacer un corte en el lomo, para sacar las semillas y dejarlas listas para rellenar)
½ kilo de carne molida
1 zanahoria rallada
1 cebolla mediana cortada en cubitos pequeños
3 dientes de ajo machacados
2 tomates medianos rallados
½ cucharada de Zukra orgánico
½ cucharadita de sal
1 pizca de pimienta negra
Culantro al gusto
5 huevos batidos
Aceite de cocina
½ kilo de carne molida
1 zanahoria rallada
1 cebolla mediana cortada en cubitos pequeños
3 dientes de ajo machacados
2 tomates medianos rallados
½ cucharada de Zukra orgánico
½ cucharadita de sal
1 pizca de pimienta negra
Culantro al gusto
5 huevos batidos
Aceite de cocina
Para comenzar, vamos a remojar las jaibas por dos minutos en agua hirviendo. No es necesario cocinarlas del todo, nada más las remojamos para que se suavicen un poquito. Reservamos.
En una sartén grande, vamos a dorar la carne a fuego alto, en porciones pequeñas. Esto nos ayudará a que se le haga costrita a la sartén y evitará que el montón de carne suelte todo el líquido y nos sea más difícil de dorar. Vamos dorando poquitos y transfiriéndolos a un tazón grande. Cuando terminamos con la carne, salteamos en la misma sartén la zanahoria, el ajo y la cebolla, removiendo para despegar la costra de la carne. Añadimos los tomates, la Zukra y la carne. Salpimentamos y sazonamos con el culantro.
Ahora sí, vamos a dividir la carne entre las 10 jaibas. Cuando las tenemos todas rellenas, calentamos una sartén limpia y seca con un poquito de aceite, y vamos pasando cada jaiba por el huevo batido. Las cocinamos por ambos lados y ya están listas para servir. Si me preguntas a mí, me encanta ponerlas en un molde con salsa de tomate, cubrirlas con queso rallado y hornearlas un ratito (solo para derretir el queso) antes de servir. Con arroz blanco son un manjar.
En una sartén grande, vamos a dorar la carne a fuego alto, en porciones pequeñas. Esto nos ayudará a que se le haga costrita a la sartén y evitará que el montón de carne suelte todo el líquido y nos sea más difícil de dorar. Vamos dorando poquitos y transfiriéndolos a un tazón grande. Cuando terminamos con la carne, salteamos en la misma sartén la zanahoria, el ajo y la cebolla, removiendo para despegar la costra de la carne. Añadimos los tomates, la Zukra y la carne. Salpimentamos y sazonamos con el culantro.
Ahora sí, vamos a dividir la carne entre las 10 jaibas. Cuando las tenemos todas rellenas, calentamos una sartén limpia y seca con un poquito de aceite, y vamos pasando cada jaiba por el huevo batido. Las cocinamos por ambos lados y ya están listas para servir. Si me preguntas a mí, me encanta ponerlas en un molde con salsa de tomate, cubrirlas con queso rallado y hornearlas un ratito (solo para derretir el queso) antes de servir. Con arroz blanco son un manjar.
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