Palmito. Otro ingrediente que mucha gente piensa que crece en latas en el campo. Por cosas de la evolución de nuestra gastronomía, al palmito le conocemos tres propiedades: sirve para preparar un picadillo exquisito, que muchas veces nos topamos en rellenos de empanadas durante Semana Santa, en esa bomba de arroz con crema dulce y montones que queso que metemos al horno en ocasiones especiales, y también en ensaladas o “cocteles” con camarón.
A veces, gente muy “arriesgada” lo pone en un antipasto, pero como todos los ingredientes, la verdad es que el palmito sirve para más: es rico en sopa, en guisos “aguados”, como relleno de panes, y más. Este dip es muy rico y si tenés cocina de gas, te recomiendo cocinar el palmito directamente al fuego, como cuando vas a pelar un chile dulce, para que agarre el ahumadito. No te vas a arrepentir.
Si no tenés esa posibilidad, podés sancocharlo a fuego lento en poca agua, con tapa, hasta que suavice, o cocinarlo en el horno también hasta que se ponga suavecito. Lo podés servir como centro de mesa con chips o tostaditas, usarlo para untar en sanguchitos, o usarlo como base de un aderezo de ensalada.
Ingredientes:
½ kilo de palmito tierno, pelado y lavado
4 dientes de ajo
1 limón
1 cucharada de yogurt natural o natilla
3 cucharadas de aceite (ojalá de coco o de oliva, pero puede ser de girasol o maíz).
1 cucharadita de Zukra
Sal y pimienta al gusto
Preparación:
Primero, vamos a cocinar el palmito. Como te decía, podés sancocharlo en poquita agua hasta que suavice, hornearlo o cocinarlo a fuego directo en la cocina de gas. Si tenés esta última opción, no le quités el quemadito, para que el dip sepa ahumado. Cuando ya el palmito esté suave, lo ponemos en el procesador con los demás ingredientes, y lo procesamos hasta obtener una crema sedosa y sin grumos. Podés servirlo decorado con un chorrito de aceite y un poquito de chile en polvo o perejil picado.
