Primero, vamos a precalentar el horno a 375°C y preparar los vegetales para hornearlos: cortamos las berenjenas y los tomates en mitades, abrimos los chiles dulces y les sacamos las semillas, pelamos y picamos las cebollas en cuartos, y lo colocamos todo en un molde hondo. Frotamos los vegetales con aceite, y los salpimentamos, ponemos la cabeza de ajos entera, sin pelar, en el centro. Horneamos durante 35 minutos, hasta que todo se comience a chamuscar un poquito.
Mientras tanto, vamos a colocar las dos carnes en un tazón grande, y las mezclamos hasta que se incorporen de manera uniforme. Las separamos en bolas de 75 gramos cada una, y formamos las albóndigas con el cuenco de las manos. Calentamos una sartén grande y vamos sellando las albóndigas en grupos de 4, para que tengamos espacio para girarlas, agregando poquitos de aceite de cocina nada más para que no se nos peguen. Este proceso es solo para sellar, no necesitamos cocinarlas por completo. Las vamos colocando en un molde resistente al calor.
Cuando ya están listas todas las albóndigas, las llevamos al horno, tapadas con aluminio, y las cocinamos durante 20 minutos. Mientras se cocinan, preparemos la salsa. Podés usar el mismo sartén para aprovechar la grasita del chorizo y la costrita que fue quedando del sellado, agregá el vinagre y el azúcar, y cociná a fuego muy bajo, junto con los ajos (son super fáciles de sacar de la cáscara una vez horneados, y ya salen hechos una pasta. Apagamos para que no se seque y reservamos.
A continuación, vamos a pelar los chiles y las berenjenas, y a procesarlos junto con los tomates, las cebollas, y el caldito de vinagre y ajo que acabamos de preparar. Salpimentamos al gusto, agregamos la Zukra y el aceite y cocinamos a fuego bajo durante media hora, moviendo de vez en cuando para que no se pegue.
Una vez que la salsa esté lista, sacamos las albóndigas del horno y las cubrimos con la salsa caliente y el queso (si vas a usar). Llevamos de nuevo al horno durante 5 minutos en el modo de gratinado, y sacamos para servir. Decorálas con las hojas de albahaca fresca cortadas con los dedos, para que no se oxiden. ¡Vas a ver qué delicia!