¡De blando a líder!

CONVIRTIÉNDONOS EN EL LÍDER QUE NUESTRO PROYECTO NECESITA

Algunos llevamos meses y hasta años dándole forma a nuestro proyecto emprendedor y siempre hemos sido nuestros propios jefes, liderando cada paso y decisión que nos ha llevado hasta aquí.

Pero, ¿qué pasa cuando este pequeño hijo empieza a crecer y se vuelve tan grande e importante que empezamos a necesitar ayuda de colaboradores para mantenerlo saludable y fuerte?

En este punto debemos saber cómo liderar un grupo. En todo proyecto llega el momento en el que se hace indispensable contar con una fuerza de trabajo extra y está en nosotros saber llevar la comunicación de este equipo para que se trabaje de manera armoniosa y sobre todo efectiva. Es ahí cuando se hace importante saber ser un líder. ¿Cómo lo hacemos? Pues es sencillo, porque ya tenemos las armas; solo volteemos a nuestras propias habilidades blandas y desarrollémoslas.

Bienvenido a otra entrada de nuestro blog dedicado a las Red de Emprendedores Zukra. Hoy vamos a crear líderes partiendo de las habilidades que sabemos que ya tenés. Empecemos.

Habilidades blandas.

Si estás leyendo esto, es porque recibiste nuestro correo sobre el tema, pero si no, te refrescamos.

La habilidades blandas responden a los conocimientos, competencias  y comportamientos que ya vienen con nuestra personalidad, es decir, nadie te las enseñó.

Esto no se aprende en la universidad, simplemente son esos rasgos de tu carácter que podés desarrollar en pro de ser un buen líder.Ser puntuales, ser creativos, tener don de palabra, etcétera, son habilidades blandas.

En fin, estas son las que requerimos para formarnos como líderes y en Zukra te enumeraremos algunas claves para lograrlo de manera más sencilla.

Red de emprendedores Zukra

Seamos un ejemplo para nuestro equipo.

Habilidad blanda: Responsabilidad.

Primordial antes de lidiar un equipo; qué lo que pedís y exigís de ellos, lo vean reflejado en vos. Es decir, que todo lo que necesitás de tus colaboradores, vos también lo estés cumpliendo y evidenciando en tu actuar diario.

Así que ya sabés, si por ejemplo abren a las 7:00 a.m. el primero en llegar sos vos.

¿Un motivador? ¡Sí, sos vos!

Habilidad blanda: Motivación.

Ser líder no es dar órdenes. Es motivar a que se realice el trabajo.
Se trata más que nada de conocer las palabras adecuadas para incentivar a tus colaboradores  a mejorar su desempeño y a crecer en el plano personal y sobre todo profesional.
¿Cómo lo logramos? Simplemente sé humano y empático con ellos. Entendelos y ponete en sus pies, así encontrarás la forma de tratarlos y saber comunicar un feedback constante.

No tengás miedo en delegar.

Habilidad blanda: Confianza.

Sí, entendemos que tu proyecto es tu hijo y querés tener el control de todo y así será, pero no tengás miedo en darle responsabilidades a los demás, al fin y al cabo si están ahí es porque confiás en ellos.
Claro, es fundamental que hagás un seguimiento cercano y periódico a las labores de cada uno, de modo que siempre estés al tanto del proceso en que se desarrolla cada operación.

El lado emocional de tus colaboradores.

Habilidad blanda: Empatía.

Volvemos a un punto que mencionamos antes. La empatía.
Cada colaborador que tenés a tu cargo cuenta con una vida igual a la de todos, con problemas, felicidades, estrés y mucho más. Como buen líder, tené en cuenta que habrá días de días; así como un día tus trabajadores estarán de buenas y harán su trabajo ejemplar, pueden haber otros en que por situaciones adversas, su trabajo se vea afectado. Sé humano y aprendé a tolerar esto y sobre todo a conversarlo.

Hagamos equipos.

Habilidad blanda: Honestidad.

Nos referimos a la conversación porque este rubro se trata de conocer y aprender sobre tus colaboradores, y no hay mejor forma de hacerlo que conversando.
Saber en qué son buenos, cuáles son sus competencias, en qué necesitan mejorar, cuáles son sus aspiraciones… En fin. Date el tiempo de hablar con ellos en un plano más personal y formar equipo con ellos.

Hora de la autoevaluación.

Habilidad blanda: Honestidad.

Vos, como líder de tu proyecto debés de conocerte y evaluarte solo.
Apuntá y tené conciencia de cuáles son tus fortalezas, tus debilidades y oportunidades como líder.
A veces debemos dejar un poco de lado nuestro orgullo y saber en qué estamos fallando, para que de esta manera sepamos cómo afrontar el error. Aquí es importante también que te des cuenta del tipo de líder que tu empresa necesita y cómo vos podés acoplarte a ella.

Y así de sencillo, identificando tus propias habilidades blandas, evaluándolas y trabajando en cada una de ellas, podés llegar a ser el líder que tu emprendimiento necesita y que tus trabajadores desean, así llevarás el control de tu proyecto siempre a buen puerto.   

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